Greenpeace advierte posibles graves consecuencias ambientales

Hundimiento de wellboat Seikongen.

Chile: La organización medioambiental expuso el registro de una serie de deficiencias que podrían haber contribuido con la serie de sucesos que concluyeron con el hundimiento del wellboat “Seikongen” en las cercanías de Chonchi.

Representantes de Greenpeace y el director nacional de Sernapesca, José Miguel Burgos, sostuvieron una reunión para analizar las razones y consecuencias del hundimiento del “Seikongen”. El encuentro fue la instancia para intercambiar opiniones respecto de las medidas y consecuencias medioambientales que podría generar el vertimiento de los salmones ya en descomposición y el combustible que todavía permanecen al interior de la embarcación.

"Manifestamos al director de Sernapesca nuestra preocupación por las fallas de origen que presentaba el barco y si es que esas fallas fueron finalmente resueltas en Chile. También le manifestamos nuestra alerta por las graves consecuencias medioambientales que podría tener el escape de combustible y de los salmones que permanecen en el interior del buque y que a estas alturas ya se han convertido en un verdadero veneno si es que llegan a filtrarse al mar. Es insólito que las salmonicultoras responsables de esta emergencia sean los únicos que hasta ahora no han dado la cara", manifestó la coordinadora.

La ONG, además de pedir a Sernapesca una preocupación especial por explicar a las comunidades locales el estado y alcance de la emergencia, también aprovechó de expresar a las autoridades de Sernapesca sus dudas respecto de la capacidad de reacción ante emergencias de este tipo.

Por su parte, José Miguel Burgos, explicó los esfuerzos que están realizando para controlar la emergencia en Chiloé, al tiempo que aprovechó de exponer los esfuerzos que realizan para modernizar el servicio.

De acuerdo con la ONG, el barco, que fue construido en Hong Kong, presentó una serie de deficiencias que fueron registradas por los inspectores de la Autoridad Marítima China antes de su zarpe rumbo a Chile.

Las deficiencias encontradas fueron agrupadas en tres categorías: puertas contra el fuego, asuntos eléctricos y aspectos de navegación. Como consta en la documentación oficial, el buque ya navegaba con bandera chilena, lo que significa que la autoridad marítima chilena había “aprobado” el barco. Si bien estas deficiencias no impedían la navegación ni la operación del buque, sí lo obligaba a un nuevo chequeo a fin de solucionar las materias cuestionadas.

El “Seikongen” llegó a Puerto Montt el pasado 7 de septiembre tras una escala en Papeete y una semana después el buque inició su primer viaje comercial. Sin embargo, en la segunda semana de octubre la embarcación fue retirada de servicio en el astillero Oxxean, de Puerto Montt, donde permaneció varios días durante los cuales, personal del astillero chino de origen fue llamado a constatar aparentes fallas de diseño que impedían la normal y segura navegación y operación.

"Hay una serie de interrogantes que deben ser aclaradas. Por ejemplo, sabían las autoridades marítimas chilenas de las falencias de origen que presentaba el barco y si es que efectivamente fueron solucionadas para que siguiera operando bajo adecuados estándares de seguridad? Es importante aclarar si es que estas falencias fueron o no determinantes en el siniestro. Es una respuesta que esperamos por parte de las autoridades", señaló Estefanía González, coordinadora de Océanos de Greenpeace.

Para la ONG el hundimiento del “Seikongen” es una alerta. "El accidente ha dejado en evidencia lo precario de nuestra capacidad de respuesta ante una posible tragedia medioambiental en los mares de Chile. Y no solo respecto de la contención de posibles fugas de diésel o petróleo, sino respecto de lo que pasa con las cargas que van en las embarcaciones. En el caso de lo que pasó en Chonchi, los salmones, de acuerdo con normas del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), debieron haber sido retirados en menos de 48 horas, pero llevamos varios días y aún siguen dentro del barco. Vemos con preocupación que, si ésta ha sido la forma de reaccionar en Chiloé, qué pasaría si es que una emergencia de mayor magnitud se produjera en las aguas de la Patagonia austral, donde se quieren instalar más de 400 concesiones salmonicultoras?", recalcó Estefanía González.