Entrevista

Francisco Chahuán: "Con los criterios del MIDESO, el Molo de Abrigo no tiene rentabilidad social"

El Senador Chahuán propuso y fundó la "Bancada portuaria"

Según el parlamentario, son las infraestructuras las que generan desarrolllo y si no hay un cambio de paradigma, la región de Valparaíso puede quedar atrasada en términos logísticos.

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Francisco Chahuán, senador por la región de Valparaíso, conversó con Agenda Marítima sobre los retos que enfrenta la región en temas logísticos, portuarios y de comercio exterior.

El parlamentario, miembro de la Comisión de los desafíos del futuro, si bien señaló que se han logrado avances significativos en la creación de políticas nacionales de largo plazo, puntualizó que es necesario corregir criterios en la evaluación de proyectos y que estos se desarrollen con mayor agilidad.

¿Cuáles son los desafíos del futuro de la región de Valparaíso, especialmente en términos de puertos y logística?

La región de Valparaíso enfrenta diversos desafíos para su futuro, y uno de los más significativos se encuentra en el ámbito portuario y logístico. Mi labor parlamentaria se ha centrado en abordar estos desafíos de manera integral.

En primer lugar, es crucial consolidar la vocación portuaria de la región. He trabajado arduamente para impulsar el desarrollo de mega puertos en San Antonio y la ampliación del Terminal 2 en Valparaíso. A través de mi presidencia en la comisión de transporte, hemos realizado importantes contribuciones, como la actualización del Plan Nacional de Puertos, que incluye proyectos de última milla para fortalecer la capacidad marítima de nuestro país.

Además, es fundamental adoptar una visión oceánica para Chile, considerando su extensa costa y su potencial comercio con la región Asia-Pacífico en los próximos años. La actualización del plan nacional de puertos y la formulación de una política nacional en este ámbito son pasos cruciales para potenciar esta vocación marítima.

En cuanto a los desafíos específicos en la región de Valparaíso, debemos abordar la problemática de las llamadas "zonas de sacrificio ambiental", donde los puertos representan una esperanza económica pero también plantean desafíos ambientales importantes. Además, el desarrollo del Puerto Seco de Los Andes presenta una oportunidad estratégica para Chile como puerta de entrada al país.

Al hablar de los puertos en esta región, es imprescindible mencionar los cuatro principales: el Puerto Seco de Los Andes, los puertos marítimos de San Antonio y Valparaíso, y las oportunidades que representan. Este enfoque integrado en la logística portuaria es esencial para impulsar el desarrollo económico y comercial de la región.

Adicionalmente, la región de Valparaíso cuenta con una importante vocación universitaria, que debe ser aprovechada para enfrentar los desafíos del futuro de manera colaborativa. La colaboración entre universidades públicas y privadas es crucial para impulsar la investigación y la innovación en áreas clave para el desarrollo regional.

Por último, el turismo juega un papel fundamental en la economía de la región, especialmente en términos de turismo histórico y vitivinícola. Iniciativas como la Ruta del Vino en Aconcagua y el desarrollo del turismo termal en la provincia de Los Andes y San Felipe son ejemplos de cómo podemos diversificar y fortalecer el sector turístico para impulsar el crecimiento económico y social de la región.

¿Cree usted que es necesario para la región del país, e incluso para el país en su conjunto, que Chile cuente con una política portuaria clara y una nueva ley de puertos?

Absolutamente, considero que es fundamental para el desarrollo tanto regional como nacional contar con una política portuaria bien definida. Desde mi posición como parlamentario, he impulsado iniciativas en esta dirección, como la propuesta de incorporar representantes municipales en los directorios de empresas portuarias, garantizando así que los planes de expansión portuaria se alineen con los planes de desarrollo urbano de las ciudades. Además, es crucial que los recursos generados por los puertos beneficien a las comunidades locales que los albergan.

La formación de la bancada portuaria y regionalista, así como mi participación activa en ellas, demuestran mi compromiso con el proceso de descentralización y el fortalecimiento de las políticas regionales. Sin embargo, la política portuaria nacional va más allá de la representación parlamentaria y requiere cambios estructurales, como la agilización de los procesos de aprobación ambiental y sectorial para proyectos de envergadura, como el Terminal 2 del puerto de Valparaíso y el megapuerto de San Antonio.

La demora en la ejecución de estos proyectos puede tener consecuencias graves para la economía y la competitividad del país. Es por eso que he trabajado activamente con los directorios de las empresas portuarias y he propiciado acuerdos con el gobierno para agilizar los plazos y garantizar su realización. Además, considero esencial desarrollar una alternativa logística que conecte los puertos de Valparaíso y San Antonio por la costa, así como la implementación de un tren de carga que descongestione las comunas de Los Andes y San Felipe.

En este sentido, abogo por la creación de una subsecretaría de puertos dentro del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, que se encargue de diseñar y ejecutar una política nacional portuaria coherente y de largo plazo. Esta medida permitiría dar la relevancia necesaria a los puertos en el ámbito gubernamental y garantizaría una gestión eficiente y coordinada de estos importantes activos para el desarrollo del país.

¿Qué opina sobre el Acuerdo por Valparaíso?

Tal como lo expresé en su momento, celebro la actitud del alcalde Jorge Sharp en relación con el Acuerdo por Valparaíso, pero es crucial que esta iniciativa vaya más allá de las palabras y se traduzca en acciones concretas, especialmente en lo que respecta al avance del Terminal 2. Valparaíso es esencialmente un puerto, y su desarrollo económico y social depende en gran medida de la eficiencia y expansión de sus instalaciones portuarias.

Para lograr avanzar en la construcción del Terminal 2, no basta con voluntades políticas, sino que también se requiere agilizar los procesos de obtención de permisos ambientales y sectoriales. Además, es fundamental reconocer el papel crucial que desempeñan las infraestructuras en la generación de desarrollo. Es preocupante que actualmente existan criterios poco adecuados, como los del Ministerio de Desarrollo Social, para determinar la rentabilidad de proyectos de infraestructura, lo que puede obstaculizar su avance.

Es crucial corregir los criterios del Ministerio de Desarrollo Social, ya que actualmente podrían invalidar la rentabilidad social de proyectos importantes. Por ejemplo, con los estándares actuales, incluso el Molo de Valparaíso podría ser cuestionado. La Avenida España ha demostrado ser clave para el desarrollo regional, lo que resalta la necesidad de adoptar una visión a largo plazo que priorice inversiones en infraestructuras estratégicas. Es fundamental que el cambio de actitud del alcalde de Valparaíso se traduzca en acciones concretas para avanzar en la construcción del Terminal 2, una necesidad urgente para la región.

Además, es importante destacar otros proyectos logísticos relevantes, como la implementación del control aduanero 24/7 en el Paso Cristo Redentor de los Andes y la licitación del camino a la fruta con el segundo puente entre San Antonio y Santo Domingo. Estas iniciativas, junto con el impulso del paso Las Leñas para el comercio de soja argentina por puertos chilenos, son fundamentales para potenciar el desarrollo portuario y logístico de la región en los próximos años.

Entonces, ¿corre el riesgo Valparaíso de quedar rezagado en términos de infraestructura y competitividad portuaria?

Sí, es imperativo que cambiemos el paradigma respecto a la región de Valparaíso si queremos evitar quedar rezagados en términos de desarrollo de infraestructura y competitividad portuaria. Existe el riesgo de que nuestros puertos, especialmente el de San Antonio y Valparaíso, se conviertan en puertos de cabotaje, considerando las significativas inversiones portuarias que están realizando otros países como Perú.

Es crucial entender que esto no solo afectaría nuestra competitividad, sino también la capacidad de atraer inversión pública y privada. Temas como el desarrollo del tren rápido entre Santiago y Valparaíso han sido objeto de debate, y es necesario replantear su diseño para que cumpla su objetivo de mejorar la logística de transporte de carga y aliviar la congestión en las rutas 68 y 78.

La inversión en infraestructura logística es fundamental para agilizar el sistema de transporte de nuestro país y mantenernos competitivos a nivel internacional. Si no tomamos medidas urgentes y adoptamos un nuevo enfoque en el desarrollo de nuestra infraestructura portuaria y logística, corremos el riesgo de quedar rezagados y perder oportunidades clave para el crecimiento económico y el desarrollo regional.