Índice FBX: Volviendo al 2020

En la imagen vemos una perspectiva de la descarga de contenedores en el Puerto de Singapur, una de las economías del Asia Pacífico más dinámicas del planeta.

Varios reportes mundiales indican que la recesión y baja demanda ya están afectando el intercambio de bienes movidos por rutas interoceánicas. Pero algunos expertos sostienen que los datos debieran analizarse considerando lo positivo y no tanto.

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Según reportan portales especializados, la persistente capacidad de carga "liberada" o sin uso, sumado a la debilidad de la demanda, continúa alimentando la caída del mercado.

En términos de capacidad, los últimos datos que cubren el período hasta finales de agosto muestran que los cuellos de botella siguen mejorando en la red de transporte de agenciamiento oceánico. Pero la perspectiva sobre estos datos pareciera ser una cuestión de, literalmente, si acaso vemos el vaso "medio lleno o medio vacío".

Los problemas alcanzaron su punto álgido en enero de 2022, cuando el 13,8% de la capacidad mundial no estaba disponible debido a los retrasos o embotellamientos en terminales portuarios. En condiciones normales de mercado, el 2% de la flota mundial no estaba disponible debido a los retrasos.

A finales de agosto, esta cifra se redujo al 7,9% de la flota mundial no disponible. Esto significa que el 50% de la capacidad que se retiró del mercado en enero había retornado a la actividad. En términos interanuales, tal cifra supone un crecimiento de la capacidad mundial de aproximadamente el 10% en agosto.

Si este ritmo de mejora continúa, esto implicaría entonces que el efecto de la reducción de la capacidad debido a los cuellos de botella se eliminaría por completo el primer trimestre de 2023.

Pero, al mismo tiempo, es importante notar que la demanda sigue en terreno negativo. La medición de la demanda global bajo el criterio de TEUs x Millas exhibe un descenso del -3,2% en los primeros siete meses del año en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Por ende, desde la perspectiva fundamental de la oferta/demanda mundial ya no hay escasez de capacidad de la flota y el equilibrio está preparado para empeorar aún más. Esto significa que no hay apoyo fundamental para volver a las altas tarifas de los dos últimos años, pero también que no hay apoyo estructural para detener el actual descenso de los costos de fletamento marítimo.

Otros elementos que contribuyen al declive de las tarifas de fletamento naviero

La tercera repercusión es que, aunque los datos de la demanda tienden a estar retrasados en el tiempo, las pruebas anecdóticas más suaves del mercado apuntan a una temporada alta inexistente. Y a una utilización muy baja en el último periodo antes de las vacaciones de la "Semana Dorada" en China.

Tal situación ha llevado a los transportistas a cancelar un gran número de salidas de buques para el mes de octubre. Con los anuncios realizados hasta el 30 de septiembre, es probable que esto no sea suficiente para frenar el descenso de las tarifas. Por ejemplo, en la ruta del Pacífico a la costa oeste de EE.UU, los transportistas tienen previsto cancelar 48 salidas.

Sin embargo, el mes de octubre suele ser testigo de muchas cancelaciones debido al impacto estacional de la "Semana Dorada" en China, y el año pasado las compañías cancelaron un total de 73 salidas en el mismo periodo. En cuanto a la capacidad ofrecida, la capacidad total para octubre en esta ruta experimentará un aumento marginal del 0,4% en comparación con el año pasado.

Esto implica que, a menos que los transportistas cancelen una cantidad sustancial de capacidad además de los anuncios actuales, es poco probable que se detenga el descenso de los costos del flete interoceánico.

El principal factor de riesgo es el hecho de que todavía no hay un nuevo acuerdo con el sindicato de trabajadores portuarios de la Costa Oeste de Estados Unidos. El acuerdo existente expiró el 30 de junio y las negociaciones siguen en curso. La estimación es que las presiones políticas en vísperas de las elecciones de mitad de mandato en EE.UU. mantienen, por ahora, el conflicto a raya.

Pero si no hay un nuevo acuerdo después de las elecciones legislativas del 8 de noviembre, el riesgo de una huelga en la costa oeste de Estados Unidos aumenta considerablemente. En caso de que esto ocurra, empeorará drásticamente la congestión, no sólo en la Costa Oeste de EE.UU, sino también en la Costa Este ya que los importadores reorientaron la carga desde hace unas semanas.