Conexión marítima en la Patagonia: una gran oportunidad para Chile

Ferry -Link 6m x 15m: imagen de un linkspan formado por la rampa basculante y siempre con un muelle de atraque y amarre asociado.

El arquitecto naval, Mario Sepúlveda Bühring, revela las ventajas de mejorar la conectividad marítima en esa zona y propone soluciones que impulsarían más aún el turismo y el comercio.

La conectividad marítima en el sur de Chile es una necesidad esencial para el desarrollo económico, social y turístico de la región, pero enfrenta obstáculos significativos que han persistido durante décadas. A través de una entrevista con Mario Sepúlveda Bühring, arquitecto naval (Universidad de Sunderland, GB), miembro de Patagonia Marítima, se revela la urgente necesidad de modernizar la infraestructura marítima en esta área para aprovechar al máximo su potencial.

En la vasta extensión de la región de la Patagonia chilena, donde la belleza natural es indiscutible pero las conexiones terrestres son limitadas, Sepúlveda, lleva años explicando y argumentando sobre una necesaria revolución en esto. Con su gran experiencia en este ámbito, destaca que la mayoría de la conectividad marítima en Chile se concentra en la ruta de Puerto Montt hacia el sur, donde los caminos son limitados y los barcos se utilizan principalmente para transportar carga especializada y poco como complemento a la continuidad terrestre. Además, el sur de Chile presenta desafíos únicos, como los Campos de Hielo Sur y los archipiélagos que dificultan la construcción de carreteras, mientras a disposición existe el mar.

Sin embargo, comenta que lo que hace que la región sea única es un canal natural de aguas protegidas que se extiende desde Puerto Montt hasta el Beagle, con casi 2.000 kilómetros de extensión, canal que podría ser una solución efectiva para la conectividad de la región, reduciendo significativamente los tiempos de viaje y mejorando la economía local. Este canal ofrece una gran oportunidad para mejorar la conectividad terrestre y marítima combinada o bimodal en la región.

Sepúlveda sostiene que, a pesar de la disponibilidad de tecnología probada y existente desde hace décadas en Europa del Norte (especialmente en Noruega), el país ha enfrentado obstáculos significativos para implementar esta solución y falta de innovación. “En Chile prácticamente hay un hoyo negro en cuanto a lo marítimo, son muy pocas las personas que entienden qué es navegación, entonces existen diferentes ministerios e instituciones relacionadas, pero nunca ha habido gente especializada en lo marítimo involucrada en estas instituciones, por lo tanto, hay un cierto desconocimiento. Durante los últimos 50 años, se han construido rampas fijas de hormigón en todo el territorio, lo que ha limitado el uso a embarcaciones de transporte de vehículos y pasajeros con fondo y rampas planas. Esto ha resultado en una conectividad lenta y poco eficiente, con embarcaciones que viajan a velocidades de 10 a 12 nudos, cuando perfectamente se podría navegar al doble o más si no tuvieran ese obstáculo”.

El arquitecto naval Mario Sepúlveda posee gran experiencia en la materia y ha trabajado tanto en Chile como en el extranjero.

 

Propuesta

La propuesta que plantea Sepúlveda es clara: usar barcos adecuados para la región ya sean usados o por construir, y mejorar la infraestructura de conexión en tierra. Esto incluye la instalación de rampas basculantes conocidas como "linkspans", que se acomodan a las fluctuaciones del nivel del mar. Los modelos noruegos, utilizados en un entorno geográfico similar, son ideales para Chile y son lejos los más usados en todo el mundo. Se han instalado más de 2 mil. Además, la inversión necesaria para implementar esta solución es significativamente menor de lo que se podría pensar, y bastante menor de lo que se ha usado. Pero lo importante es que permitirían el uso de naves con formas de mejor desempeño.

El arquitecto naval señala que Noruega, que tiene un 20% menos de costa que Chile, recibe casi 4 millones de turistas anualmente gracias a su eficiente sistema de ferris, que conecta comunidades y atrae a visitantes interesados en sus impresionantes fiordos. Chile podría seguir un modelo similar para impulsar su turismo en la región sur, ya que tiene potencial de sobra, lo que generaría un aumento en los ingresos para la industria turística y también para otras actividades económicas relacionadas.

 

El rol del Estado y la gobernanza

Para que esta visión se convierta en realidad, Sepúlveda sugiere que el Estado juegue un papel crucial. Esto incluiría mejorar la infraestructura necesaria, como linkspans, e incluso debería considerar la posibilidad de subsidiar con incentivos y multas esta modernización para fomentar el uso de barcos más rápidos y cómodos, lo que beneficiaría tanto al turismo como a la economía local y haría al transporte marítimo más competitivo y complementario con las rutas terrestres actuales.

Además, se necesita una gobernanza efectiva para coordinar los esfuerzos de los diversos ministerios e instituciones involucrados (desde Vialidad, Transportes, hasta Aduanas y Turismo). Ejemplos de éxito en países como Noruega, donde la conectividad marítima ha impulsado indirectamente el turismo de forma significativa, demuestran el potencial que tiene esta solución en Chile.

 

El futuro de la conectividad en la Patagonia

Mario Sepúlveda es parte de los especialistas que han hecho y difundido los informes sobre la materia, “a través del tiempo nos hemos ido dando cuenta que se ha ido entendiendo muy bien la necesidad de lo que proponemos, pero es lento, por ello nosotros mismos, como Patagonia Marítima, estamos haciendo contacto con las distintas reparticiones del Estado para explicar esto y para que ellos también vean las ventajas de lo que esto significaría y puedan llegar a convencerse”, comenta el profesional y finaliza diciendo que “la idea es seguir explicando y mostrando esto para que en algún momento se diga vamos adelante. No estamos inventando la hélice, simplemente aplicando con conocimiento, lo que en otras partes funciona en nuestras condiciones naturales y de requerimientos”.

El desafío ahora radica en la voluntad de los líderes y legisladores chilenos para abrazar esta visión y convertirla en una realidad. Si se toman las medidas adecuadas, la Patagonia podría ver un renacimiento en la conectividad marítima que transformaría la forma en que las personas se mueven y comercian en esta impresionante región del mundo.