La colaboración es el mejor combustible para descarbonizar el transporte naviero

Para cumplir las exigencias de la normativa mundial para la transición energética naviera hacia las emisiones cero es imprescindible el trabajo mancomunado.

Antony D'Souza, vicepresidente ejecutivo y director regional de DNV para el sector marítimo de las Américas, explica cómo la sociedad de clasificación está ayudando a cada actor relevante a trazar su camino de descarbonización. Y por qué la colaboración es clave para alcanzar cero emisiones.

Publicado

Según medios especializados, la creciente urgencia de acelerar el curso de la transición energética ha convertido a la descarbonización del sector del transporte oceánico en un imperativo mundial.

Con la creciente urgencia de acelerar el ritmo de la transición energética, la descarbonización se ha convertido sin duda en un imperativo mundial. Para la industria marítima el objetivo de reducción de emisiones de la OMI para 2050 es claro, aunque el camino para su implementación sigue siendo incierto.

A pesar de esta incertidumbre, DNV está trabajando para promover la idea de que la colaboración es la clave del éxito en la descarbonización del mundo marítimo. De ahí que Antony D'Souza, vicepresidente ejecutivo y gerente regional para el sector marítimo de las Américas en DNV, sostenga que cada actor relevante de la industria tiene un papel que desempeñar en la descarbonización de la misma. Y que sumando el compromiso y la curiosidad ante el desafío de la industria, esto puede transformarse en una oportunidad.

El camino de la descarbonización

DNV está apoyando a las partes interesadas de toda la industria marítima en su búsqueda para alcanzar las emisiones netas cero. Y para lograr un futuro con bajas emisiones de carbono, DNV plantea que es esencial desarrollar una estrategia integral y una hoja de ruta para avanzar en los esfuerzos que puedan ser sostenibles. D'Souza explica que no es una tarea fácil de llevar a cabo.

"Al trazar un curso de descarbonización, los armadores y operadores deben evaluar primero el rendimiento actual de la flota, no sólo en términos de cumplir con los objetivos de EEXI y CII a corto plazo, sino también abordar los requisitos y demandas de los fletadores, las instituciones financieras y las regulaciones regionales a las que pueden estar sujetos", afirma. "En primer lugar, es necesario comprender el rendimiento actual de la flota y centrarse en la eficiencia energética y las medidas de ahorro de combustible para cumplir los requisitos en esta década. Después hay que buscar soluciones a las necesidades a largo plazo", afirma.

Pero no sólo eso. A la hora de planificar la renovación de la flota a largo plazo, los armadores deben tener en cuenta los combustibles y las tecnologías de baja y nula emisión de carbono que utilizarán los buques durante sus décadas de vida útil para cumplir los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En este aspecto, DNV ayuda continuamente a los armadores a "preparar el futuro" de sus flotas y se compromete con los armadores y otros actores relevantes del ecosistema marítimo-naviero mientras evalúan sus opciones para desarrollar la escalera de transición de su flota hacia las cero emisiones.

"Ayudamos a los responsables de la toma de decisiones a comprender todos los aspectos del sistema energético, desde el calendario hasta las interdependencias de las distintas tecnologías, así como el panorama político y normativo", explica D'Souza. También reconoce que la transición energética es un reto, pero también tiene su lado positivo. "Al igual que cualquier otra empresa, hay riesgos, pero también oportunidades. Nuestra visión ayuda a las partes interesadas del sector a dar sentido a la incertidumbre y, con nuestra experiencia, pueden aprovechar las oportunidades adecuadas y establecer su estrategia específica."

Un futuro multicombustible

Las estrategias de descarbonización no serán únicas en el futuro multicombustible que le espera al sector. "El GNL, el metanol, los biocombustibles y el amoníaco son los primeros en las opciones de combustible disponibles en la actualidad", afirma D'Souza. "A largo plazo, nuestras investigaciones sugieren que, además del GNL, el amoníaco, el biodiésel, el biogás líquido y los electrocombustibles son opciones prometedoras para la neutralidad del carbono en el sector de alta mar; y las soluciones híbridas de baterías, pilas de combustible e hidrógeno son las principales opciones para los segmentos del transporte marítimo de corta distancia y costero".

Para construir una escala de descarbonización, D'Souza dice que los armadores deben considerar varios factores antes de dar el primer paso. "Entender las opciones es importante a la hora de elegir el futuro combustible. Eso incluye no sólo el nivel de madurez y disponibilidad de los combustibles, sino también lo bien que se adaptan a su perfil operativo único", afirma.

Los diferentes tipos de buques, las diferentes rutas comerciales y otros factores conducen a diferentes soluciones de combustibles alternativos. Las tecnologías emergentes como los sistemas de tanques multicombustible proporcionan flexibilidad a corto plazo, al permitir que los buques almacenen y consuman varios tipos de combustible diferentes. D'Souza considera que estas tecnologías suponen un avance considerable en el panorama de la toma de decisiones de armadores y operadores. "La aplicación de estas tecnologías permite a los responsables tomar medidas tangibles ahora para reducir las emisiones sin comprometerse con un único combustible. Al aumentar la flexibilidad, disminuye la presión por encontrar el "combustible perfecto" y los actores relevantes de la cadena de valor interoceánica pueden proceder con más cuidado", señala.

Avanzando juntos más allá

Aunque la descarbonización del transporte marítimo no puede ser resuelta por una sola organización, si acaso existe alguna esperanza de cumplir el objetivo de emisiones para 2050, es absolutamente necesario tomar medidas tangibles ahora. Se trata de un esfuerzo conjunto que requerirá la colaboración de las partes interesadas de todo el sector.

"La descarbonización es un objetivo mundial", afirma D'Souza. "Para que el sector del transporte marítimo cumpla su parte, es necesaria la colaboración en toda la cadena de valor. Ya sea un productor de combustible, un fabricante de motores, un astillero, un financiador o un regulador, todos tenemos un papel que desempeñar, y con todos en la mesa, podemos crear el impulso suficiente para tener éxito."

La colaboración forma parte del ADN de DNV; ya que es miembro de numerosas coaliciones y asociaciones internacionales centradas en la descarbonización. Entre otras cosas, es miembro fundador del Foro de Tecnologías Marítimas, compuesto por sociedades de clasificación y estados de abanderamiento que tratan de impulsar la descarbonización salvando la distancia entre los conocimientos tecnológicos y el proceso normativo.

La sociedad de clasificación también ha asumido posiciones de liderazgo en los esfuerzos regionales para reducir las emisiones, incluyendo el Centro Global para la Descarbonización Marítima en Singapur, la Coalición Marítima Cielo Azul de América del Norte, el Washington Maritime Blue del Estado de Washington, y el Centro Marítimo de Vancouver para el Clima en la Columbia Británica, Canadá.

"Creemos firmemente que juntos conseguiremos más", dice D'Souza. "La descarbonización es una responsabilidad compartida, y en la industria marítima podemos acelerar la transición compartiendo cooperativamente conocimientos, tecnologías y experiencia. Cada uno de nosotros no necesita todas las respuestas cuando avanzamos juntos hacia el objetivo mediante la innovación y la colaboración. Juntos podemos hacer posible lo aparentemente imposible".