Entrevista

Richard Luco: "La arquitectura naval es tradicionalista y eso dificulta los cambios innovadores"

Dentro de sus líneas de investigación destacan los modelos numéricos para simulación estructural más el proyecto y diseño de naves y artefactos navales.

El enfoque de los Ingenieros Navales, siempre ha sido lograr la mayor eficiencia al menor costo posible. En arquitectura naval, esto se vuelve especialmente complejo, ya que implica no solo el sistema de propulsión, la capacidad de carga y el tipo de material, sino también el diseño y la forma del barco, aseguró el académico,

El doctor en Ingeniería Naval y también académico de la Universidad Austral, Richard Luco, conversó con Agenda Marítima sobre sus análisis de la industria naviera chilena y también adelantó el futuro de la investigación en temas de arquitectura naval.

Luco partió asegurando que el mercado es notablemente cíclico, con períodos de prosperidad y declive y que durante décadas, el enfoque se centró en la construcción de pesqueros, pero con la migración de las especies y la sobrepesca, esa área ha disminuido.

El académico explicó que el foco de los astilleros está en la salmonicultura, donde se requieren embarcaciones especializadas para el transporte y operaciones en los centros de cultivo. Siguen los remolcadores, presentes en todo el país, así como las embarcaciones de pasajeros, con ejemplos notables en Valdivia. Además, afirmó, está la industria naval militar, especialmente promovida por la Armada de Chile, con miras a proyectos como la construcción de fragatas.

¿Qué cree que falta por crecer o innovar en Chile, especialmente en la producción de material flotante? ¿Hay miedo a la innovación?

No diría que es miedo, más bien la arquitectura naval es bastante tradicionalista, lo que dificulta impulsar cambios innovadores. Para lograr ese avance, las pequeñas empresas y oficinas técnicas necesitan acceso a recursos para la innovación, lo cual no es económico. La innovación en arquitectura naval implica aplicar nuevas tecnologías, como combustibles no fósiles, nuevos métodos de producción y materiales mejorados, requiriendo investigación y desarrollo significativo. Es crucial tener un enfoque específico en la innovación y desarrollo dentro de este campo, en lugar de considerarlo simplemente como parte de la industria metal-mecánica, lo que permitiría inversiones más focalizadas y avances concretos.

¿Cómo se sitúa Chile en comparación con otros países del sector naval, especialmente con respecto a sus vecinos?

En términos de formación de ingenieros navales y desarrollo en el proyecto, diseño y construcción de naves, Chile se encuentra en un buen pie en comparación con sus países vecinos. Esto se evidencia en el desempeño exitoso de profesionales chilenos en el extranjero, muchos de los cuales trabajan en organismos de fiscalización a nivel mundial. A nivel latinoamericano, Chile cuenta con una ventaja comparativa, especialmente en el desarrollo de la industria naval militar. Colombia, a través de COTECMAR, es el principal competidor en esta área, pero en general, Chile exporta no solo embarcaciones, sino también ingeniería a diversas partes de la región sin mayores contratiempos.

¿Qué pasa con los Ingenieros navales cuando salen al mercado? ¿Qué aspectos buscan más los astilleros?

La formación de ingenieros navales se divide en diferentes enfoques, siendo uno de ellos el transporte marítimo, donde los estudiantes se preparan para ser pilotos de la Marina Mercante. A medida que avanzan en la carrera, los estudiantes eligen especializarse en áreas específicas. El mercado para quienes se enfocan en el transporte marítimo es atractivo, ya que están altamente calificados y valorados por su formación en ingeniería y transporte marítimo.

Por otro lado, en el área de maquinarias marinas, los estudiantes están bien preparados para trabajar a bordo y, en algunos casos, en astilleros. En cuanto a la arquitectura naval, estos profesionales son fundamentales para los astilleros y oficinas técnicas tanto a nivel nacional como internacional, ya que son responsables de proyectar, diseñar y construir barcos en Chile.

Desde la Universidad Austral, también se está organizando una electro-regata , es una iniciativa que surge del proyecto de ingeniería para el 2030, el proyecto más grande que llevamos en la facultad, con una inversión cercana a los 3000 millones de pesos en los últimos seis o siete años. Quisimos marcar un precedente con motivo del 90 aniversario de la facultad en octubre. Nos dimos cuenta de que lo que une a la mayoría de las especialidades de la facultad es la idea de algo que se mueva rápidamente en el agua y que sea sostenible, por lo que se diseñaron dos cascos para embarcaciones que competirán en octubre. Estos cascos se construirán en Valparaíso, gracias al auspicio de empresas como ULTRANAV. Será un evento interesante y una celebración de lo que podemos lograr con nuestros estudiantes ante desafíos como este.

Con los cambios constantes en el panorama mundial, ¿cuáles son los próximos avances esperados en esta área?

En cuanto a los avances, se está investigando mucho en sistemas de propulsión, especialmente en lo que respecta a los combustibles. Se están explorando opciones como la propulsión eléctrica y el uso de hidrógeno, aunque este último aún presenta desafíos que deben abordarse.

La propulsión a gas también está en desarrollo, en respuesta a la demanda de combustibles más sostenibles. Por otro lado, se está trabajando en el desarrollo de materiales más económicos, versátiles y livianos, especialmente para embarcaciones de menor tamaño. En resumen, los principales avances se centran en sistemas de propulsión y materiales más avanzados.

¿Cuáles son las tecnologías emergentes en el ámbito de los sistemas de propulsión marítima?

Si bien el diseño de los propulsores en sí ya está bastante avanzado y ha sido efectivo durante mucho tiempo, las innovaciones se centran más en el sistema completo de propulsión. Esto incluye aspectos como el tipo de motor, el combustible utilizado, la disposición en el barco, así como consideraciones sobre tamaño y peso. Por ejemplo, se está investigando en motores que puedan funcionar con una combinación de gas y diésel, lo cual implica desafíos normativos y técnicos significativos. La normativa para motores a gas difiere considerablemente de la aplicada a los motores diésel.

Por lo tanto, la innovación se concentra en encontrar soluciones que cumplan con las regulaciones y sean eficientes en términos de rendimiento y consumo de combustible. Este enfoque en el sistema completo de propulsión refleja la búsqueda continua de mejoras en la eficiencia y la sostenibilidad en la navegación marítima.

¿Cree que Chile podría algún día adoptar la tecnología de propulsión nuclear, como el rompehielos presentado por Rusia en el 2020?

La propulsión nuclear en realidad se basa en la generación de vapor. Personalmente, no veo que Chile se dirija hacia esa dirección. Considero que sería más eficiente y beneficioso para nuestro país enfocarnos en el desarrollo de tecnologías como el hidrógeno y la energía eléctrica en lugar de optar por la energía nuclear. Estas alternativas ofrecen un camino hacia la sostenibilidad energética sin los desafíos y riesgos asociados con la energía nuclear.

¿Considera que la presentación del rompehielos Almirante Viel establece un buen precedente en el desarrollo de la arquitectura naval?

Sin duda, eventos como la presentación del rompehielos Almirante Viel marcan hitos importantes en el desarrollo de la arquitectura naval. Estos son ejemplos que se convierten en puntos de referencia para la industria. Lo mismo ocurrió cuando ASENAV contrató los primeros Supply Vessels para Maersk, una apuesta que resultó en la creación de embarcaciones excepcionales. Cada vez que se logra desarrollar un barco innovador y de alta calidad, ya sea el mejor clasificado en Sudamérica, Latinoamérica o incluso a nivel mundial, representa un hito significativo y un punto de referencia para futuros proyectos y estudios en el campo naval.

En la Escuela Naval de Cadetes de Colombia usted ofreció una charla sobre cómo construir un barco y no morir en el intento. ¿Cuál es la fórmula?

La clave está en comprender que detrás de la construcción de un barco hay innumerables horas de ingeniería. Mi consejo es no subestimar la importancia del desarrollo de ingeniería en este proceso. A menudo, la gente pasa por alto este aspecto crucial. Comprar un barco implica mucho más que simplemente adquirir una embarcación; implica un proceso meticuloso que requiere tiempo, recursos y el trabajo conjunto de profesionales adecuados.

En mi charla, enfaticé la importancia de contar con los recursos adecuados y no pedir lo imposible. Es común escuchar solicitudes como "Quiero el barco más grande que cargue más, que gaste menos y que tenga el motor más pequeño, todo dentro de la normativa". Sin embargo, estas peticiones son inviables y requieren sacrificios en el diseño. Construir un barco exitoso implica encontrar un equilibrio entre las necesidades del armador y las capacidades técnicas del diseño. Es un proceso educativo bidireccional en el que tanto los profesionales como los armadores aprenden y se benefician mutuamente.

Cuando en su oficina, NAVTEC, llegan solicitudes de otros países, ¿cómo varían los requisitos para las embarcaciones según el cliente?

Cada cliente tiene necesidades específicas para su embarcación, lo que hace que el proceso de diseño en Navtec sea altamente personalizado. A pesar de la idea de construir en serie, en la arquitectura naval, cada barco es único debido a las preferencias individuales de los armadores y a las condiciones específicas de cada región. Por ejemplo, factores como la temperatura del agua pueden influir en el diseño de la embarcación.

En nuestra oficina, hemos estado trabajando en proyectos tanto para el extremo sur de Chile, donde las temperaturas son muy bajas, como para Colombia, donde las condiciones son diferentes. Esta diversidad de requisitos nos obliga a reunirnos con los armadores, discutir a fondo sus necesidades y adaptar el diseño en consecuencia. Nosotros contamos con un equipo de cuatro ingenieros altamente capacitados, que llevan años de experiencia en el campo. Esta combinación de experiencia y atención personalizada nos permite satisfacer las demandas únicas de cada cliente y región.

¿Cómo imagina la industria naval chilena en los próximos 50 años?

Creo que en los próximos 50 años veremos una unificación de especialidades en la formación de ingenieros, volviéndolos más polivalentes. En el ámbito de la construcción naval, en un escenario optimista, espero ver un desarrollo de autonomía en el área naval militar, con proyectos completos de diseño y construcción de fragatas y embarcaciones especiales, especialmente para la industria del salmón, sin depender de importaciones.

Hace unos años, visitamos un astillero en Vladivostok, Rusia, que parecía anclado en el pasado pero seguía produciendo barcos, incluso submarinos nucleares. Creo que es crucial no ser demasiado conservadores y seguir avanzando, especialmente con iniciativas como el desarrollo de la construcción naval lanzado el año pasado en Chile.