USTR considera que dominio de China en industria marítima afecta al comercio de Estados Unidos

Preocupación norteamericana por el dominio chino en el transporte marítimo.

“El dominio selectivo de Pekín sobre estos sectores socava la competencia justa y orientada al mercado", señaló la embajadora Katherine Tai.

El Representante Comercial de Estados Unidos entregó las conclusiones de la investigación de la Sección 301 sobre la República Popular China que tiene como objetivo los sectores marítimo, logístico y de construcción naval por dominio, concluyendo que éste es irrazonable y obstaculiza o restringe el comercio estadounidense y, por lo tanto, es "procesable". 

“Estados Unidos ocupa el puesto 19 en el mundo en cuanto a construcción de buques comerciales y construimos menos de cinco barcos al año, mientras que la República Popular China construye más de 1.700 barcos. En 1975, Estados Unidos ocupaba el primer puesto y construíamos más de 70 barcos al año”, afirmó la embajadora Katherine Tai. 

Agregó que “el dominio selectivo de Pekín sobre estos sectores socava la competencia justa y orientada al mercado, aumenta los riesgos de seguridad económica y es la mayor barrera para la revitalización de las industrias estadounidenses, así como de las comunidades que dependen de ellas. Estas conclusiones en virtud de la Sección 301 preparan el terreno para una acción urgente para invertir en Estados Unidos y fortalecer nuestras cadenas de suministro”.

La investigación de la USTR concluyó que la búsqueda de una posición dominante por parte de la República Popular China es irrazonable porque desplaza a las empresas extranjeras, priva a las empresas orientadas al mercado y a sus trabajadores de oportunidades comerciales, y reduce la competencia y crea dependencias de la República Popular China, lo que aumenta el riesgo y reduce la resiliencia de la cadena de suministro. 

También concluyó que la búsqueda de dominio obstaculiza o restringe el comercio estadounidense al socavar las oportunidades comerciales y las inversiones en los sectores marítimo, logístico y de construcción naval de Estados Unidos restringiendo la competencia y la elección, creando riesgos de seguridad económica  dependencia y vulnerabilidades en sectores críticos para el funcionamiento de la economía estadounidense, y socavando la resiliencia de la cadena de suministro.

Como han destacado los sindicatos estadounidenses solicitantes, la consolidación del dominio de la República Popular China significa que el comercio internacional estadounidense se “realiza en buques fabricados en China, financiados por instituciones estatales chinas, propiedad de compañías navieras chinas y dependientes de una infraestructura marítima y logística global cada vez más dominada por China”.