Entrevista
Juan Ortiz: “Medio Oriente es relevante y podría potenciar las exportaciones del país”
El economista senior del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales conversó con Agenda Marítima y analizó el futuro del comercio exterior nacional para este 2025.
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En materia de comercio exterior, el 2024 fue un año intenso toda vez que se firmaron y actualizaron una gran cantidad de acuerdos y tratados comerciales con el mundo, además en materia de exportaciones de bienes y servicios se superaron los 100 mil millones de dólares, una cifra bastante alentadora. Ahora, de acuerdo a las proyecciones se espera que el volumen de envíos durante el 2025 tenga un crecimiento similar al del año pasado lo que permitiría continuar con la dinámica del sector, pero poniendo mayor foco en la diversificación de los mercados.
Para nuestro país es fundamental profundizar su integración con el mercado mundial, toda vez que la economía se basa principalmente en el desarrollo del comercio exterior. Para analizar lo que será el 2025 en esta materia, el economista senior del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales conversó con Agenda Marítima para proyectar cómo viene una temporada que estará marcada por las decisiones económica de Estados Unidos y China, nuestros principales socios comerciales.
¿Cómo visualiza las proyecciones del comercio exterior de Chile para el año 2025?
Si vemos desde el punto de vista de las proyecciones para el volumen de exportaciones para este año 2025 se espera que se sigan con similar crecimiento en términos interanuales. Vemos que el IPOM del Banco Central proyecta un crecimiento interanual en torno a un cuatro por ciento aproximadamente, por lo tanto, las expectativas no son negativas en cuanto a la dinámica del sector externo, por lo menos, en cuanto al proceso de producción y comercialización del mismo. Eso sí, hay que matizar ciertos elementos que hemos escuchado mucho de comercio internacional.
Hay elementos de alta incertidumbre, principalmente por las medidas que se han anunciado por parte de Estados Unidos en cuanto a un incremento de aranceles, en un proceso de guerra comercial, pero también observamos que las exportaciones han tenido un buen comportamiento. Ya el año 2024 vimos que las exportaciones llegaron al nivel de récords en términos nominales y se espera que en 2025 mantengamos un buen nivel dinámico.
En el caso de China, el principal socio comercial de Chile, logró la meta de crecimiento de un 5% anual en el año 2024 y se espera que el crecimiento para el 2025 esté en niveles cercanos, quizás un poco más por debajo llegando a niveles de 4,5%, por lo tanto, el escenario no es algo negativo en sí. También vemos que las expectativas de crecimiento de Estados Unidos, el segundo socio comercial más importante, se ha ido ajustando levemente.
En ese sentido, ¿qué acuerdos comerciales actuales o futuros podrían tener un impacto significativo en el comercio exterior de Chile en el 2025?
Chile en el año 2024 avanzó en varios en acuerdos. Creo que el más significativo fue el que se logró con Emiratos Árabes Unidos, el primer acuerdo que se logró con un país del Medio Oriente. También se han venido dando ciertos tipos de revisiones de acuerdos, principalmente con la Unión Europea. Cuando observamos un poco la profundidad de los acuerdos, Chile es un país que tiene una amplia gama y los tiene con todos los países que son relevantes desde el punto de vista del comercio internacional, por lo tanto, lo que uno debería esperar es un perfeccionamiento de los diferentes tratados, es decir, revisiones y una ampliación. Creo que habría espacio para un crecimiento hacia países del Medio Oriente, que son países que tienen niveles de riqueza relativamente altos y que, eventualmente, son regiones, donde se puede explotar mucho mejor las condiciones de acuerdos para poder potenciar en mayor medida la diversificación de exportaciones del país.
¿Qué países o regiones que usted considera como estratégicas para las exportaciones chilenas en este año?
El tema importante, más que los países, es la capacidad que la matriz se pueda seguir diversificando. Por ejemplo, la discusión reciente que se viene dando sobre las cerezas donde hubo una discusión respecto a una caída bastante potente en cuanto al precio, más cuando sabemos que más del 90% de las exportaciones de cerezas se focalizan en el mercado chino, por lo tanto, lo que sería prudente es lograr a través de los diferentes gremios acuerdos para la diversificación.
El tema es cómo se puede diversificar el portafolio para poder entrar en nuevos países, para poder competir en mejor medida, para tratar de evitar una alta dependencia concentrada en un solo país, en un solo importador y por eso pongo el ejemplo de China con el caso de las cerezas. Creo que, sin lugar a dudas, el Medio Oriente es un área geográfica cada vez más relevante y tiene un carácter de potenciar las exportaciones del país.
Entonces, ¿la clave está en la diversificación de los mercados para que no suceda lo que pasó con las cerezas?
Claro, por una parte, de diversificación, que siempre es complejo de hacerlo, porque eventualmente dependen bien las condiciones de cada país, dependen de las condiciones de cada tipo de mercado y de las ventajas eh comparativas que tenga el país respecto a la competencia para un conjunto de productos que se puedan comercializar en el mercado exterior. Por lo tanto, es un trabajo que implica un proceso, por una parte, del sector privado, pero también una parte de la agenda de política pública donde Chile ha tenido una visión bastante pragmática y de reconocer la importancia de somos un país pequeño, pero con un rol del comercio internacional muy relevante para su economía, no solamente por el tema del impacto en el producto interno bruto, sino también en el impacto en el empleo, en la diversificación de producciones, entre otros.
¿Cómo cree usted que podrían influir los cambios geopolíticos y económicos a nivel global? Por ejemplo, la llegada de Trump a la Casa Blanca, en el comercio exterior de Chile durante el 2025.
Aquí hay varios elementos a considerar. Por una parte, la llegada del presidente Trump tiene diferentes alcances ya que está el anuncio de incremento de aranceles que es utilizar la amenaza como un instrumento de política económica para buscar renegociar cierto tipo de elementos del comercio internacional entre Estados Unidos y otros socios comerciales. Ahora, Chile tendría poca exposición toda vez que tenemos un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que tiene todo un trámite normativo, además somos un país, para efectos de comercio internacional con Estados Unidos, muy pequeño y por lo tanto es poco probable un impacto directo de ese tipo de políticas contra Chile por parte de Estados Unidos.
Lo que es evidente es que Estados Unidos, en la medida que utilice ese tipo de herramientas y que cumpla en incrementar los aranceles para un conjunto de países como China, países de la Unión Europea o México, tendrá un impacto negativo en la economía local de esos países porque restringe el comercio internacional, reduce el dinamismo y tiene impacto en el producto interno bruto. Por lo tanto, puede impactar a Chile a través de una menor demanda agregada de bienes de exportación, un impacto indirecto en la medida que se mantengan ese tipo de medidas.
El otro elemento a considerar es que ese tipo de medidas proteccionistas pueden impulsar en el margen de crecimiento de Estados Unidos al proteger la producción manufacturera de dicho país lo que puede tener un alza en cuanto a su PIB lo que podría tener un impacto positivo por mayor demanda de bienes importados desde Chile a Estados Unidos y exportaciones chilenas a Estados Unidos. Pero hay que ver cómo se va a llevar a cabo y si efectivamente todo lo que se ha anunciado realmente se va a materializar o son medidas de negociación con otros países.
El puerto de Chancay apareció en el escenario regional y en Chile se está planteando la necesidad de apurar los proyectos de ampliaciones portuarias. ¿Debemos mejorar en términos de infraestructura para mantener la competitividad en el comercio internacional?
Por una parte, el puerto Chancay se construye como un centro logístico de distribución y un puerto de última tecnología con una ubicación geográfica que va a permitir que puedan recalar buques de grandes dimensiones, y eso genera ventajas comparativas con otros puertos de Sudamérica. De todas maneras, el puerto de Chancay no está 100% operativo y faltan varios años para que lo logre, además es un puerto que, por su ubicación geográfica, tiene ciertas limitaciones de transportes principalmente de llegada y salida del puerto vía terrestre, pero se puede transformar ya sea en una ventaja o en un riesgo para la economía local.
En teoría, Chancay va a permitir reducir el trayecto hacia Shanghai, el principal puerto en China, y eso obviamente genera una ventaja comparativa para ese puerto en particular. Ahora, Chile se rezagado en el proceso de ampliación de sus puertos ya que no ha tenido puertos de alta base tecnológica, con la capacidad para recibir buques de mayor calado, entonces, lamentablemente, en los últimos años nos hemos rezagado para mantener la competitividad propia de los puertos. En cambio, Perú tomó una decisión estratégica que le permite tener uno de los puertos más avanzados de toda Sudamérica. Hubo una decisión política y económica de buscar mejorar la posición del puerto para buscar una ventaja comparativa y competitiva respecto a otros puertos de la región.
Ahora, insisto, el puerto todavía no está 100% operativo, pero creo que esto servirá para que en Chile realmente tomen en cuenta la importancia de mejorar estructuralmente los puertos que actualmente están en el país. Ahora, ojalá el proyecto de ley permisología cumple su función y se reduzcan los tiempos e incertidumbre porque Chile puede ir perdiendo oportunidades en cuanto al proceso logístico del comercio internacional.
