Analizan impactos del cambio climático en los puertos de América Latina y posibles medidas de adaptación

El puerto de Manzanillo es uno de los que analiza el documento de la Cepal.

Un estudio de la CEPAL presenta algunas alternativas de adaptación de la infraestructura de los puertos como respuesta a los desafíos relacionados con el cambio climático y la resiliencia ante desastres naturales.

Entre los riesgos asociados al cambio climático que afectan directamente a los puertos se cuentan la elevación del nivel del mar, las marejadas ciclónicas, la intrusión de agua salada, vientos lluvias intensas, tormentas eléctricas, desbordamiento de ríos, temperaturas extremas, sedimentación, sequía, reducción del flujo de agua de los ríos y erosión costera, según plantea un informe elaborado por es Diogo Aita, Oficial Asociado de Asuntos Económicos de la Unidad de Servicios de Infraestructura de la CEPAL.

Se trata de eventos que pueden dañar, deteriorar o destruir infraestructuras esenciales para el funcionamiento de los puertos y también pueden ocasionar accidentes o la interrupción temporal o permanente de actividades y operaciones logísticas.

Destaca la importancia de considerar los factores climáticos en las matrices de riesgo de los puertos y contar con redes de infraestructura resilientes. En este sentido, la Asociación Internacional Permanente de los Congresos de Navegación (PIANC, por sus siglas en inglés) propone un enfoque de cuatro etapas para la planificación de la adaptación al cambio climático.

El primer paso es analizar el contexto y definir los objetivos para fijar prioridades. La etapa dos es analizar la información climática e identificar condiciones de referencia (parámetros y procesos climáticos relevantes) y entender cómo se prevé que cambien en diferentes escenarios climáticos. La etapa tres es analizar las vulnerabilidades y los riesgos y el paso cuatro es entender, desarrollar e implementar las opciones de adaptación.

Se menciona un tipo de adaptación “suave” que apuntan acciones administrativas con enfoque en la planificación y en aspectos de la toma de decisiones en respuesta al cambio climático. Una adaptación “dura” consiste en cambios en la infraestructura física de un puerto.

El informe expone dos estudios de caso que ayudan a entender los efectos del cambio climático y de las medidas que se pueden llegar a adoptar.

Uno corresponde al terminal marítimo MEB, ubicado en la Bahía de Cartagena al norte de Colombia. Se trata de la cuarta zona portuaria más grande de América Latina y el Caribe y su ubicación es clave para el comercio de la región. El segundo caso presentado es el puerto de Manzanillo, en México, quinta mayor zona portuaria en términos de throughput en América Latina y el Caribe en 2021, donde se ubica la séptima mayor terminal de movimiento de contenedores en la región.