Se esperan récords en la Temporada de Huracanes del Atlántico este 2024

El 2015, el Huracán Joaquín fue responsable del naufragio de "El Faro", buque mercante estadounidense.

Los grandes huracanes amenazan embarcaciones y plataformas en alta mar, poniendo en riesgo a sus tripulaciones y a los ecosistemas marinos si naufragan.

Con la llegada de la temporada de huracanes del Atlántico 2024, las predicciones y análisis científicos anticipan un periodo notablemente activo, con la posibilidad de establecer nuevos récords en frecuencia e intensidad de las tormentas. Este año, diversos factores climáticos podrían tener un impacto significativo en la costa de los Estados Unidos y en el Caribe. 

La temporada de huracanes del Atlántico, que se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, ha producido en las últimas tres décadas un promedio de 14 tormentas con nombre, 7 huracanes y 4 huracanes mayores (Categoría 3 o superior, con vientos sostenidos de al menos 178 km/h).

Este año, los expertos en meteorología predijieron un aumento en la actividad. El equipo de meteorología tropical de la Universidad Estatal de Colorado, a través de su sitio web anticipó 23 tormentas con nombre, 11 de las cuales alcanzarán la fuerza de huracán y 5 se convertirán en huracanes mayores. Los expertos de AccuWeather, publicaron en internet que predicen entre 20 y 25 tormentas con nombre, 8 a 12 huracanes y 4 a 7 huracanes mayores. Ambos pronósticos sugieren la posibilidad de que entre 4 y 6 tormentas impacten directamente en los Estados Unidos.

Una de las principales causas de este aumento de la actividad de huracanes son las temperaturas superiores a la media en la superficie del mar en la cuenca del Atlántico, especialmente en el Golfo de México. A finales de marzo de 2024, estas temperaturas eran más altas que las registradas en el mismo mes antes de las severas temporadas de huracanes de 2005 y 2020. Las temperaturas del agua en el Caribe y en la mitad occidental del Atlántico tropical alcanzaron o superaron los 27 grados Celsius, aproximadamente ocho semanas antes de lo previsto.

Las aguas cálidas del océano aumentan las tasas de evaporación, lo que lleva a una mayor humedad en el aire. Este entorno, combinado con patrones de viento adecuados, puede crear condiciones para la formación de tormentas tropicales y huracanes. Estas temperaturas elevadas también pueden hacer que las tormentas se intensifiquen rápidamente y extender la temporada de huracanes más allá de sus límites típicos.

Además de las temperaturas cálidas, la transición de El Niño a La Niña es un factor crítico en el pronóstico de huracanes del Atlántico de este año. Durante los eventos de El Niño, el aumento de la cizalladura del viento en el Atlántico tiende a suprimir la formación de huracanes. Sin embargo, a medida que El Niño se debilita y da paso a La Niña, esta cizalladura disminuye, creando un entorno más propicio para la formación e intensificación de huracanes. La Niña también se asocia con un aumento del aire ascendente e inestable, ideal para el desarrollo de tormentas eléctricas, los componentes básicos de las tormentas tropicales y huracanes.

Los modelos climáticos también indican que es probable que se presenten condiciones más húmedas de lo habitual durante los meses pico de la temporada de huracanes. Modelos como CanSIPS, el North American Multi-Model Ensemble (NMME) y el Climate Forecast System muestran que áreas típicamente secas ahora proyectan experimentar más lluvias, lo que puede actuar como catalizador para la formación de tormentas tropicales.

Cada temporada de huracanes, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) asigna 21 nombres para las tormentas en la cuenca del Atlántico. Dado que se prevé una temporada de huracanes 2024 inusualmente activa, surge la preocupación de si se agotarán los nombres. Los nombres para la temporada 2024 son Alberto, Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Francine, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie, Milton, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sara, Tony, Valerie y William. Si se utilizan todos los nombres designados, la OMM tiene una lista suplementaria para continuar nombrando las tormentas. Con pronósticos que sugieren una probabilidad del 10-15% de ver más de 30 tormentas con nombre, las probabilidades son más altas de lo habitual.

Las empresas que operan en el Golfo de México y en el Atlántico experimentan los efectos directos del aumento de la actividad de huracanes. Ante las predicciones de una temporada superior al promedio, deben tomar medidas para prevenir desastres ambientales y preservar la producción, los activos y la seguridad de sus trabajadores. Los expertos recomiendan a las empresas marítimas equipar las embarcaciones con las últimas tecnologías de seguimiento meteorológico, implementar protocolos estrictos para desviar barcos lejos de las rutas de tormentas inminentes, asegurarse de que todo el equipo de seguridad esté en condiciones óptimas y cerrar operaciones y evacuar plataformas cuando se anticipen tormentas severas.

La falta de atención a las advertencias de huracanes por parte de las empresas marítimas puede tener efectos catastróficos, como lo demuestra la pérdida del El Faro y su tripulación de 33 personas en el Huracán Joaquín en 2015, el daño sufrido por el Deepwater Asgard durante el Huracán Zeta en 2020 y el casi naufragio del Globetrotter II en el Huracán Ida en 2021 mientras su tripulación de 142 personas aún estaba a bordo.