El potencial de los combustibles sintéticos para descarbonizar barcos y aeronaves

El hidrógeno, el e-metanol y el amoníaco son productos con altas posibilidades de reemplazar en el futuro a los combustibles fósiles en la navegación, según el Foro Internacional de Transporte.

Una publicación del Foro Internacional de Transporte analiza las distintas opciones con las que contarían las industrias del transporte de larga distancia para reemplazar los actuales combustibles por otros con menor huella de carbono.

La descarbonización del transporte marítimo es algo cada vez más imperativo para la industria, acorde con las medidas que empiezan a regir para regular las emisiones de gases de efecto invernadero adoptadas por la Organización Marítima Internacional y los esfuerzos generalizados por controlar la huella de carbono.

El Foro Internacional de Transporte acaba de publicar un documento (“The Potential of E-fuels to Decarbonise Ships and Aircraft) donde analiza las opciones existentes para reemplazar los actuales combustibles por otros menos contaminantes, sus posibilidades de desarrollo y las recomendaciones para avanzar en este tema. Se trata de una organización intergubernamental, con 64 países miembros, entre ellos Chile, que depende administrativamente de la OCDE y que buscar aportar a generar mejores políticas de transporte a nivel global.

“La aviación y el transporte marítimo se encuentran entre los modos de transporte más difíciles de descarbonizar. Para hacerlo, requieren combustibles bajos en carbono y de alta densidad energética”, indica el análisis del Foro Internacional de Transporte.

Más adelante el texto añade que “los sectores del transporte marítimo y la aviación fueron responsables cada uno de aproximadamente el 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la energía en 2021. Ambos dependen de los combustibles fósiles en la actualidad en forma de fuel oil marino y queroseno de aviación, y solo se utilizan cantidades insignificantes de combustibles renovables”.

Y es que para los viajes de larga distancia lo que se requiere son combustibles de alta densidad energética, como los de uso actual, que permite que barcos y aviones se trasladen sin necesidad de repostar en ruta.

Las e-opciones

El análisis plantea cuáles podrían ser las opciones que reemplacen a los de origen fósil, y en el caso del transporte marítimo se mencionan tres: hidrógeno, amoniaco y metanol. Son tres e-combustibles que se producen utilizando electricidad como su principal fuente de energía.

Según señala el informe, esta opción se puede utilizar en celdas de combustible para producir electricidad y proporcionar tracción mecánica a través de un motor eléctrico. Los motores de combustión interna también pueden quemar hidrógeno, tanto puro como en una mezcla de combustible dual con combustibles diésel convencionales, y proporcionar potencia de propulsión. Su uso puede generar emisiones de CO2 cercanas a cero pero si puede haber otros gases de efecto invernadero.

El hidrógeno tiene algunas desventajas, como una densidad de almacenamiento de energía relativamente baja. Aumentarla requiere licuar y almacenar a -252 °C lo que aumenta los costos. Puede haber pérdidas por evaporación y exige un manejo cuidadoso ya que es explosivo.

“Al igual que el hidrógeno, el amoníaco no produce emisiones directas de CO2 cuando se quema en un motor, pero ofrece varias ventajas sobre el hidrógeno puro. En condiciones atmosféricas estándar, es gaseoso pero puede almacenarse como líquido enfriándolo a -33°C a presión ambiente o sin enfriamiento a 10 bar. El amoníaco líquido también tiene una densidad de energía volumétrica más alta que el hidrógeno líquido, no es explosivo y puede usar tanques de almacenamiento similares a los que se usan hoy en día para el gas licuado de petróleo (GLP)”, destaca el análisis sobre esta alternativa.

El e-metanol es líquido a temperatura ambiente, lo que lo hace compatible con los motores de barcos existentes modificados y la infraestructura de abastecimiento de combustible. Los motores convencionales pueden quemar metanol mezclado con combustible diésel convencional o 100% metanol con modificaciones relativamente menores. También se puede utilizar en una pila de combustible para producir electricidad, impulsando el barco a través de un motor eléctrico.

Su uso como combustible en el transporte marítimo ya se ha probado en proyectos piloto y algunas compañía navieras ya han encargado buques con sistemas duales que pueden usarlo junto a combustible convencional.

Desafíos

Todas son opciones que pueden reducir las emisiones pero enfrentan barreras tecnológicas y económicas y no son competitivos con las tecnologías convencionales.

El Foro Internacional de Transporte propone que los Estados fijen incentivos financieros para que los operadores de aeronaves y barcos utilicen los combustibles alternativos. La fijación de precios del carbono a nivel mundial o regional, en tanto, traería ingresos que se pueden usar para promover la adopción de combustibles bajos en carbono y la eficiencia energética.

“Los gobiernos deben asegurarse de que las inversiones respalden el crecimiento inicial de la demanda de una variedad de combustibles hasta que haya una mayor claridad sobre su viabilidad individual a largo plazo y competitividad de costos”, agregan entra otras propuestas.