Oficiales de marina mercante se oponen a reformas al cabotaje

El transporte marítimo de carga entre los puertos chilenos es objeto de debate en el marco de una modificación legal que ha propuesto el Ejecutivo.

El presidente del Sindicato Interempresas de Oficiales de Marina Mercante expuso en el Congreso que el Gobierno se contradice al proponer mantener la reserva para naves nacionales y a la vez abrir, mediante nuevas excepciones, esta actividad a naves y tripulaciones extranjeras.

La propuesta del Gobierno para una nueva legislación sobre cabotaje y la participación de naves con bandera extranjera en esta actividad sigue generando debate en las sesiones de la comisión parlamentaria donde está radicado el estudio del proyecto de ley.

A esto se añade que las indicaciones originales del gobierno presentadas en marzo para reactivar la discusión parlamentaria fueron reemplazadas por el propio Ejecutivo en abril, avivando aún más la discusión.

En la última sesión de la Comisión de obras Públicas y Transportes de la Cámara de Diputadas y Diputados, habló en representación del Sindicato Interempresas de Oficiales de Marina Mercante su presidente, Héctor Azúa, quien indicó que tal como está, la propuesta de ley tiene un impacto negativo en los oficiales y los tripulantes chilenos.

Planteó por ejemplo que el Gobierno se contradice al mantener en sus indicaciones la reserva de cabotaje para naves chilenas pero una apertura a naves y dotaciones extranjeras a través de distintas excepciones.

Destacan como algo aceptable que la propuesta mantenga que las tripulaciones en las naves nacionales deban ser cien por ciento chilenas, pero nuevamente ven una contradicción porque el sistema de reputación de embarcaciones que considera el proyecto deja nuevamente abierta la puerta a tripulaciones de otros países.

Critican además la definición de cabotaje en el proyecto de ley porque deja fuera las cargas en tránsito compuestas por contenedores, graneles líquidos y sólidos y carga en general porque de esa forma podrían ser movilizadas libremente por naves extranjeras entre puertos chilenos, lo que contrario al espíritu de la ley que es fomentar la marina mercante nacional.

Otra mirada a favor de la ley

Entre las mismas organizaciones que representan a los trabajadores hay miradas encontradas sobre el proyecto de ley. En la misma sesión expuso una opinión favorable a la propuesta la Federación de Sindicatos Marítimos y Gente de Mar, (Fesimar), a través de su vocero, Bernardo Araya quien dijo que representaba a los trabajadores del área sur austral.

Para esta organización la negativa de abrir el cabotaje corresponde a “un interés empresarial y naviero, que significa oponerse a la competencia económica y a quedar obligados a cumplir con el Código del Trabajo mediante efectivas fiscalizaciones, como por ejemplo terminar con las largas jornadas de trabajo, la polifuncionalidad, cumplir con las horas de descanso y, sobre todo, modernizar la obsolescencia de naves que datan de los años setenta y tener que disputar el transporte marítimo con estandarizados y modernos buques extranjeros”.

El vocero de Fesimar indicó que “no consideramos que haya peligro a las fuentes de trabajo, por el contrario, se abre oportunidad de que lleguen buques nuevos con tecnologías modernas y así dejamos los fierros oxidados que hoy surcan el sur de Chile”.